25 May Amor a primera vista: cómo comunicar a través del diseño emocional
¿Quién no ha sentido alguna vez un flechazo con un producto o marca? Ese no sé qué que nos atrae… Flechazos irracionales, subconscientes… Esto es, precisamente, lo que provoca un diseño emocional efectivo. Por eso, en el artículo de esta semana queremos hablarte de cómo comunicar a través del diseño.
Sigue leyendo para saber cómo empezar una verdadera historia de amor con el consumidor.
[Inserte emoción aquí]
No es ningún secreto que un producto o servicio va más allá de su utilidad: también nos genera sentimientos. En la toma de decisión suceden dos procesos simultáneos: el primero, la razón, también conocida como la voz de la consciencia, que valora la necesidad real y la utilidad de un producto o servicio, y el segundo, que evalúa la satisfacción que nos genera a nivel sensorial y emocional.
Sabemos que la emoción es parte de nuestra vida (aunque a veces tratemos de reprimirla), y está presente en cada una de las decisiones que tomamos. Por ello, el mayor aliado para el marketing en esta jungla de mercado actual es, sin duda, conseguir generar esta conexión irracional.
No tengo ni idea de para qué sirve, ¡pero lo quiero!
Si conseguimos que el corazón supere a la razón en la toma de decisión, entonces ¡somos los reyes del diseño emocional!
Pero, para entender un poco mejor este concepto y saber comunicar a través del diseño de forma efectiva, consultamos a la RAE dos conceptos clave: la emoción y la usabilidad.
- Emoción: alteración del ánimo intensa y pasajera, agradable o penosa que afecta al interés con el que se participa en algo que está ocurriendo.
- Usabilidad (o funcionalidad): es la sencillez, facilidad y comodidad de uso o manejo de la capacidad de un producto o servicio.
Entonces, no basta con que el diseño solo sea bonito, sino que provoque una variedad de emociones a distintos niveles. Pero, ¡ojo! Al igual que puede mejorar el estado de ánimo del consumidor, el diseño emocional también puede crear aversión o emociones negativas.
Para evitar el rechazo y hacer sentir mariposas en el estómago al consumidor, hay que tener en cuenta que existen 3 niveles dentro del diseño emocional:
- La primera impresión, o diseño visceral. No nos engañemos, el exterior nos afecta, y mucho. Porque, aunque ambos den la hora, sabiamente Shakira nos indica que no podemos comparar un Rolex con un Casio…
- La experiencia de uso o diseño conductual. Da prioridad al uso, la interacción y la eficacia y alude a aspectos prácticos y funcionales del producto o servicio.
- Experiencia sensorial o diseño reflexivo. La impresión completa y la satisfacción personal inmediata que provoca a través de los sentidos. Brinda mayor importancia al mensaje, al significado y a la evocación que este genera.
En las agencias de marketing, ¡hacemos de cupido!
Esto tiene pinta de acabar en Love Story… Pero es que el diseño emocional nos habla precisamente de eso; de una relación de amor, una flecha que provoca un estímulo anímico que detona efectos en un consumidor.
Y si el flechazo es certero, ¡decidimos que no podemos vivir sin ello!
En marketing, ¡está presente en todas partes! El diseño emocional se puede implementar en casi todos (por no decir todos) los aspectos. No solo en el área visual o publicitaria, el diseño puede estar presente desde el desarrollo web, hasta la creación de identidad de marca online y offline. Veamos, más detenidamente, cómo afecta en algunos de estos ámbitos imprescindibles:
Landing pages. En este universo que gira en torno al diseño, en el que la estrategia está enfocada a provocar una acción, ¿por qué no empezar con una emoción? A través del uso de colores o una composición agradable e intuitiva, podemos mantener la atención, solo por el mero placer que nos provoca.
Packaging. Cuando compramos una botella de agua de diseño, ¡está claro que no lo hacemos por el contenido! Es toda una experiencia sensorial que va más allá de la simple utilidad del producto.
Ventas. Cuando el objetivo es generar la compra, el diseño emocional juega un papel fundamental. Este ayuda a facilitar la acción y se puede utilizar en todo el contenido relacionado, desde tarjetas de presentación al botón de confirmación de compra.
Identidad de marca. El universo que se crea en torno a una marca debe ser mucho más potente que una mera impresión visual atractiva. Los colores, el logo y toda su apariencia deben reflejar su visión, filosofía y valores, y generar además un vínculo de confianza y lealtad.
En conclusión, además de expresar las funciones prácticas y útiles de un producto o servicio, el objetivo es provocar una respuesta emotiva en las personas (¡hacer match!).
Saber cómo comunicar a través del diseño emocional es importante, no solo porque es útil para influir en su comportamiento, sino para crear una conexión más humana y profunda con los consumidores. Una respuesta que se traduce en una relación marca-cliente completamente exitosa.
¿Preparado para lanzar la flecha del amor, madafaca?