17 Abr Anime a que sean emprendedores
Hoy en día, cada vez son más las personas que deciden ser emprendedores y marcar su propia línea de trabajo. Comenzar una actividad empresarial por cuenta propia no es una decisión fácil, y es el núcleo familiar el que debe proporcionar una formación que potencie el desarrollo del lado más aventurero. Es por esto que queremos facilitar una serie de consejos que te serán de utilidad si quieres educar a su hijo para la proyección de futuras empresas.
Puede parecer asombroso pero algunos expertos aconsejan que se dé cierto pábulo a la desobediencia. La mentalidad de los empresarios de éxito está caracterizada por la ruptura e innovación, así que es positivo que el niño mantenga un gusto o atracción hacia lo desconocido y sea capaz de aproximarse a las ideas desde ángulos variados y con espíritu lúdico.
Una buena forma de impulsar a tu hijo hacia el emprendimiento es encontrar ideas de negocio en la propia vida cotidiana. Puedes ayudarle mediante la identificación de problemas y búsqueda de las soluciones más adecuadas. Es importante en todo caso permitirles que tomen la iniciativa y decidan por sí mismos ya que son las pequeñas decisiones del día a día las que le ayudarán a tomar las decisiones más importantes en el futuro.
La influencia de los padres es vital para evitar el miedo al fracaso, hazle ver que cualquier tipo de proyecto es digno de admiración y empeño. Es necesario que se equivoquen y aprendan de sus errores y que no dejen nunca de intentarlo. Crea en tu hijo una mentalidad de innovación y experimentación en la que el miedo a fallar o el propio fracaso sea considerado como una forma de aprender y adquirir experiencia.
Tu hijo debe estar informado todo lo posible acerca de los sectores, industrias, tendencias, negocios o productos/servicios en auge y constante innovación. Lo más importante de todo es que su proyecto le fascine y se encuentre verdaderamente a gusto.
En el círculo de relaciones que rodea a tu hijo, es positivo que haya personas que puedan informarle y ayudarle a dar forma a sus ideas. Colabora con él en la búsqueda de maestros que puedan ayudarle y actuar como instructores. Procura además que mantenga relaciones sociales con personas cultas e intelectuales y que incluya en su círculo a gente poco convencional para que mantenga su mente abierta a nuevas formas de pensar y potencie su creatividad.