BeReal, la red social que dice adiós al «postureo»

BeReal, la red social que dice adiós al «postureo»

 Se enciende la pantalla de tu teléfono y lees: «¡Hora de hacer tu BeReal!». Empieza la cuenta atrás. ¡Solo tienes dos minutos! Abres la aplicación, tomas una foto y a publicar. Esta es la esencia de BeReal, la nueva red social que está causando furor entre la ‘generación Z’.

El ecosistema digital está plagado de aplicaciones que tienen como característica principal compartir imágenes. Sin duda, la que se encuentra en primera posición es Instagram que, además, este mes cumple su duodécimo cumpleaños. ¡Felicidades! Sin embargo, el hecho de que lleve más de una década con nosotros no ha impedido que BeReal, lanzada en 2019, haya cogido carrerilla y le esté pisando los talones. Pero, ¿cuáles son los verdaderos entresijos que esconde esta nueva plataforma social? ¿Qué la hace tan diferente y especial de las que ya navegan por la red?

Una notificación, dos minutos, todos tus amigos

«Your friends for real» (Tus amigos de verdad) es el grito de guerra con el que BeeReal se presenta en el entorno digital. Una red que lleva por bandera la autenticidad, pues no hay lugar para los filtros, postureos ni retoques de las publicaciones. Así, al desnudo, esta app fomenta que te muestres tal y como eres, compartiendo los momentos cotidianos de tu día a día.

Pero vamos al grano, ¿cómo funciona esta realidad digital?

Muy sencillo. Solo tienes que hacerte una foto al día. Pero, ¡espera! Solo cuando la app te avise con este mensaje: «¡Es la hora de BeReal!» No importa que no lleves el peinado que más te favorece o que estés en pijama. No hay un horario marcado: la notificación llega en cualquier momento del día, aumentando el misterio de la aplicación.

A partir de ese tiempo, solo tienes dos minutos para capturar la imagen y publicarla.

Coge aire. Pues aquí no termina la transformación de esta red social.

Una vez que entras en la aplicación y te dispones a sacar tu mejor fotografía, el teléfono captura la imagen por las dos cámaras. Sí, dos en uno. Por un lado, el conocido selfie y por otro, una foto de todo aquello que está a tu alrededor. Y a compartir.

El resultado es un feed social repleto de fotos nada «glamurosas» y sin pulir de tus amigos cercanos haciendo cosas cotidianas: viendo la tele en pijama, sacando al perro, en medio de una reunión de trabajo o preparando la cena. La realidad 100 %, sin engaños.

¿Y si no se publica en los dos minutos permitidos?

Una vez arranca el temporizador con una cuenta atrás de dos minutos, solo hay ese tiempo para tomar una foto de lo que tienes delante. Pero quizás la aplicación lance su aviso en un momento incómodo o inoportuno en el que no deseas ser tan auténtico y mostrar lo qué estás haciendo.  ¿Te imaginas hacer una foto en medio de una reunión de trabajo? ¿O cuando estás sentado en la taza del váter?

Tranquilo, BeReal es compasivo y consciente de esas situaciones menos fotogénicas, por lo que nos permite captar y publicar la foto más tarde. Pero hay que pagar un precio a cambio. Y es que la app avisa a tus amigos del tiempo que ha pasado entre la hora de la notificación y la de tu publicación. Tu falta de espontaneidad queda en evidencia.

La otra cara de la pantalla

La idea de BeReal de desafiar a la perfección parece que gusta. Ya ha alcanzado los cinco millones de descargas en Google Play y se posiciona como la número uno en el pódium de las redes sociales gratuitas. Y es que BeReal es un soplo de aire fresco en un momento en el que creadores y consumidores estamos saturados de esa irrealidad que se nos planta día y noche en la pantalla. Una historia de un mundo idílico que acabo convirtiéndose en una película de ficción. Quizás, esa voluntad de rebelión y de posicionarse al otro lado de la acera sea la clave del éxito de esta nueva plataforma social.

Sin embargo, en medio de esta escalada de seguidores, empiezan a surgir las primeras sospechas – quizás ya has fruncido el ceño y has levantado una ceja –.

Si bien en otras redes como TikTok o Instagram podemos edulcorarlos cuanto queramos, dando rienda suelta a la imaginación y el desenfado, además, nos conceden la libertad de decidir cuándo queremos crear contenido y compartirlo con nuestros colegas.

Pero, veamos qué se esconde tras BeReal

¿Dónde empieza la prudencia y acaba el atrevimiento en una red que nos capa la reflexión sobre lo que queremos compartir? ¿Qué tipo de autonomía tenemos frente a una red que nos obliga a mostrar algo que no elegimos y cumplir con el horario que la aplicación quiere?

Y, por último, ¿cuántas horas tenemos que pasar frente a la pantalla? No vaya a ser que se nos pase la hora, no publiquemos y tengamos que pasar por el peaje de no poder cotillear el contenido que han publicado nuestros seguidores. Esto es otra cosa, debes saber que todas tus publicaciones serán públicas y cualquier usuario de la red social podrá verlas. Desde Rosalía –que ya navega en BeReal– hasta tu vecina del 2º a la que no soportas podrán adentrarse en tu día a día y bordear los límites de la privacidad y, en el peor de los casos, la legalidad.

En esta vorágine de sentimientos, dudas y confusión, solo queda decidir si queremos abrir las puertas de nuestra vida de par en par y formar parte de esta moda o, simplemente esperar alerta hasta el próximo «¡Hora de hacer tu BeReal!»

¡Hasta que nos volvamos a leer, madafacas!