Para la convención anual, en Creativia fuimos a Puy du Fou España. Este es el memorando de un día... Bueno, mejor lo lees porque... Telita :) MArketing digital y publicidad en Toledo y Madrid. COmunicación y servicios publicitarios.

¿Saltos en el tiempo? Creativia lo hizo con Puy du Fou (y yo lo flipé muy fuerte)

“Chicos, dejad libre el próximo viernes; nos vamos al pasado”. Este tipo de cosas deben ser habituales en Creativia, y el equipo debe estar acostumbrado, pero a mí, que soy la nueva incorporación, me dices que el viernes nos vamos a ir al pasado y me surge al menos una pregunta “¿Qué?”, y otra más “¿Cómo?”. Como ya habrás leído en el titular a modo de spoiler; teníamos una cita en Puy du Fou, el lugar donde LA HISTORIA TE ESPERA.

Por más que imagines, por más que te cuente, la realidad supera la expectativa… Pero lo voy a intentar. A lo largo de este artículo serás partícipe de una jornada memorable.

 

Una convención peculiar

Mis compañeros ya me habían dicho que en Creativia pasan cosas, cosas chulas; tan pronto te encierran en una habitación bajo tierra llena de enigmas, como te meten en una avioneta con rumbo a… ¿A dónde? Es una sorpresa, da igual donde sea: no te dejará indiferente.

En esta ocasión no fue a un dónde, sino a un cuándo.

Seré sincero: al plantearme cómo enfocar este artículo, pensé en hablar de nuestra convención en un marco incomparable, bla, bla, bla y centrarme en las cosas de Creativia.

Pero mi niño interior aún sigue alucinando por todo lo que vi, así que he decidido hablar de mi experiencia en Puy du Fou y ya veremos que me dice Toño, nuestro CEO; si esto se publica tal cual, será que he conseguido lo que me proponía.

 

Tengo 29 años, pero al entrar a Puy du Fou se me olvidó.

Creo que nos pasa un poco a todos cuando accedemos a un sitio diferente al que estamos acostumbrados. De repente todo se vuelve interesante, absorbemos toda la información que nos dan los detalles a priori más irrelevantes y, voy a reconocer mi caso, quizá buscamos algún fallo a lo que se supone perfecto. El ser humano es así.

Eso, o yo soy rarísimo.

Yo no encontré ningún fallo. Hasta ahí el incorregible escepticismo adulto.

Entonces ocurre lo inevitable: el niño interior toma los mandos y comienzas a asombrarte con todo lo que se presenta ante ti: un poblado… ¡No, dos!, ¡tres!, ¡¿cuatro?!; ¡un castillo!, ¡UN CASTILLO!

Quieres correr por todos lados y tocarlo todo, quieres comer ya, ver ya, alucinar ya y… ¡Quieto! ¡Primero tenemos la reunión de equipo! Puy du Fou tendrá que esperar un poco más…

 

Esto es Creativia, vol. I

Ya lo has leído, apenas llevo aquí dos meses. Me he empapado bien del ambiente y de la metodología de trabajo, pero no he podido conocer bien a mis compañeros ni la agencia de la que formo parte; a fin de cuentas, aunque siempre hay tiempo para relajarse, la actividad principal del trabajo es, precisamente, trabajar.

Y la primera reunión tiene lugar. ¿Conclusiones? Antes me gustaba, ¿pero ahora? Me encanta.

¿Tú conoces la estructura interna de tu empresa? Yo sí, y no me esperaba algo tan especial como esto.

En esta primera reunión no se ha hablado únicamente de lo que somos y lo que hacemos: eso lo sabemos de sobra. Se ha profundizado en las consecuencias de la pandemia por la Covid-19 y se han resuelto dudas, además de ponerse en valor el carácter humano y el respeto que en Creativia se tiene por aquellos que lo hacen posible: no se hizo despido alguno, ni ERTEs, ni reducciones de jornada.

Yo esto no lo he vivido porque soy nuevo, pero, según tengo entendido, obviaron la salida fácil y se mantuvieron en pie frente a la tormenta; lo cual a mí ya me dice mucho.

A mi parecer, este tipo de gestos son un detalle a tener en cuen…¡Que empieza el primer espectáculo!

 

El Último Cantar

O cómo, con una obra de teatro de 30 minutos, Puy du Fou supera a la mitad de la plana del streaming actual.

No entraré en detalles, ni hablaré de los enormes actores de doblaje que trabajan aquí. Desde el momento en que entras al Castillo de Vivar lo haces también a otra realidad dominada por un juramento: “Polvo, sudor y hierro” (creo que era así).

Tamaña aventura te deja sediento y con el estómago rugiendo, por lo que es obligada una parada en la plaza donde se ubica…

 

El Buen Yantar

Que desfacer entuertos desata el hambre de guerreras y guerreros del marketing digital de una manera tal que el estómago solo encuentra la calma a la sombra de los muros que rodean El Buen Yantar.

Una pena que Alicia tuviese que irse tan pronto, porque se perdió un pequeño banquete delicioso.

Una comida relajada, acompañada de las interpretaciones de los taberneros, me dio la ocasión de conocer a mis compañeros a través de un prisma muy diferente al acostumbrado. Y aunque la comida fuese un manjar, no podíamos caer en la tentación de intentar aventurar lo que nos podríamos encontrar a lo largo de esta gesta.

¡Por fin hablamos de otra cosa que no es el trabajo!  Es evidente que, en el momento de organizar este evento, Creativia pensó en una experiencia que nos permitiese relajarnos hasta el punto de no pensar que la estás compartiendo con compañeros de oficina. Es lo que se llama Team Building. Así descubrí que comparto con Jairo la pasión por el cine, o la capacidad para sorprenderse que tiene Javi que, para mí es la personificación de lo que es enfocarse en el aquí y ahora.

Pero volvamos al Team Building. Este concepto me parece interesante porque, no sé si te habrás dado cuenta, muchas empresas, cuando hablan de sí mismas dicen que son un “grupo que…”, un “conjunto de…” o algo similar.

La matización de equipo implica mucho más de lo popularmente interiorizado. Un equipo no es un conjunto a secas; un equipo es, sí, un grupo de personas que trabaja enfocado en un objetivo común, pero es que, además, esas personas tienen una responsabilidad subsidiaria para con el resto.

Eventos de este tipo refuerzan la concepción de cada uno de los integrantes ya solo en la conversación acerca de lo que esperamos del siguiente espectáculo.

Obviamente, nos quedamos cortos en nuestras divagaciones.

Parte del equipo de Creativia. De izquerda a derecha: Eric, Miguel, Tabernero Muy Majo, Bea, María y Raquel.

 

A pluma y Espada

«No hemos reparado en gastos», ¿te suena? Algo así dice Richard Attenborough en Jurassic Park… Noticia: en Puy du Fou han pensado lo mismo.

Y se nota.

Ver a Lope de Vega en una trama que bien podría ser la de una nueva entrega de Assassin´s Creed te deja ojiplático, sobre todo cuando… No te lo voy a contar, porque no quiero spoilear a nadie, pero te vuela la cabeza.

Y hablando de volar…

Expectación momentos antes de iniciarse el espectáculo.

 

Cetrería de Reyes

Vaya repasito estoy dando al día…

¿Entiendes por qué no he dicho simplemente «Reuniones, compis guays, agencia chula; mi curro mola»? Para entender la filosofía de Creativia tienes que entender por qué solo trabaja con los mejores tanto en sus filas, como a la hora de preparar un evento.

Y entre los mejores, uno de nosotros se llevó un sustillo al ver como una sombra le sobrevolaba. ¿Verdad, Miguel?

Vaaaale, yo también di un respingo… Es que… A ver… Impresiona. ¿Alguna vez has visto un águila calva pasar volando a dos palmos de ti? ¿Y a un buitre? La majestuosidad de estas aves te deja sin palabras y con la boca abierta. No pude evitar caer en pensamientos del estilo «Tengo que viajar más a tierras lejanas». Pero con el tema de la Covid-19 la cosa está algo complicada…

Siempre nos quedarán las carabelas de la primera flota de Cristóbal Colón.

¿Dónde?

 

Allende la Mar Océana

Jamás, insisto, ¡jamás!, imaginarás lo que fue aquella primera expedición a bordo de la nao insignia; tienes que vivirlo. Navegar a bordo de la Santa María, conocer las contingencias que se presentaron en aquel viaje y, sobre todo, ¡vivirlo en primera persona!

Es la experiencia temática más cercana a Westworld que haya vivido hasta la fecha.

A lo largo de este paseo, María no dejó de reír en un solo momento. Ella es toda alegría. Y aunque no sepas de qué ríe, te contagia con sus carcajadas.

A la salida tuve unos minutos de paseo con Toño, ya sabes, el CEO. No está mal conocer a tu jefe fuera de la oficina; sus proyectos y demás. Si las cosas salen como planea; acabaremos abriendo otra oficina en Australia.

Con la vuelta a tierra, volvimos a la realidad. En nuestra torre nos esperaba la segunda parte de la experiencia profesional.

 

Esto es Creativia, vol. II

Toca sentarse y relajar pulsaciones, conocer lo desconocido, empaparte bien de la filosofía y descubrir que formas parte de un todo que tiene en cuenta a cada una de las partes. Supongo que así es como Creativia ha conseguido ocupar el puesto que ostenta.

En esta parte nos tuvo que dejar Bea por el tema del toque de queda (vive un pelín lejos y saltárselo por estar de parranda no estaría bien visto, por lo que sea).

Al igual que con El Padrino, esta segunda parte fue mejor, si cabe, que la primera. Claro, después de pasar el día con el equipo (tengamos en cuenta que ya eran las ocho de la tarde), la relación es mucho más distendida que al inicio del día. En esta parte pudimos expresar nuestra opinión sobre la forma de trabajo, formas de implementar técnicas o aplicar nuevos conocimientos. En fin, era el momento de proponer cosas.

Pero, lamentablemente, no todo es bueno: ¡Aún no han puesto la mesa de ping-pong! No obstante, no tengo queja: tenemos una Atari conectada a una televisión de 63 pulgadas.

Ahora en serio, este día me ha dado la oportunidad de conocer a mis compañeros y entender de verdad lo que es el equipo del que formo parte. Somos un equipo joven en el que quienes pasan los cuarenta demuestran cada día que la edad es solo un número, y eso mola.

El Marketing Digital, la Publicidad y todo lo relacionado con la CREATIVIDAD, cambia cada día, cada hora. Creo que todos tienen bien interiorizada esta realidad y han construido la filosofía de Creativia (que para mí significa La tierra de la creatividad) partiendo de este hecho.

La reunión termina dejándonos con ganas de más porque comienza el último espectáculo, el que dará fin a una jornada enriquecedora.

Parte del equipo de Creativia. De izquierda a derecha: Raquel, Javi, Miguel, Toño, María, Ali (al fondo, en la pantalla), Eric, Jairo y Alejandro.

 

El sueño de Toledo

Ahora mismo no se me ocurre qué decir que no se haya dicho antes. Nunca he visto tanto caballo blanco junto.

Entonces ocurrió lo inesperado. En un momento de oscuridad, oímos un grito. Un niño dijo «¡Hay fuego en el cielo!».

–¿Qué ha dicho? –me preguntó Raquel.

–Ni ide… –dije, mientras levantaba la vista al cielo– ¿Y eso?

Segundos antes de perderse de vista, vimos como un meteoro cruzaba el firmamento a 61.000 kilómetros por hora (esto lo sé porque al día siguiente lo dijeron en el telediario).

Fue la guinda a un día muy loco, sinceramente. Creo que todos lo disfrutamos enormemente (Javi y yo comentábamos cada evento del espectáculo). Y, a riesgo de parecer un ladrón de expresiones que siempre funcionan, no fue por el lugar, que, por supuesto, ayuda, sino por la compañía; eso hace que todo lo demás quede en un segundo plano.

¡Ah! Creo haber oído decir a Eric que, para su gusto, faltaron caballos blancos.

Esto no para porque nadie nos para

El objetivo de este 2021 es más ambicioso si cabe. Entre nuestros proyectos está el de hacer entender a la sociedad la importancia de la digitalización en un mundo en constante cambio sin perder de vista el puerto desde el que se partió.

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